El concentrado de ácido fúlvico, es un producto orgánico único en España, 100% de origen natural, obtenido íntegramente de subproductos oleícolas.
Su producción es sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
La valorización de materias primas secundarias, biorresiduos, subproductos, derivados y digeridos producidos en la UE, es uno de los retos tecnológicos contemplados para favorecer el autoabastecimiento europeo, en el escenario de una agricultura sostenible.
El nuevo Reglamento (UE) 2019/1009 sobre fertilizantes cubre una amplia gama de materiales componentes de fertilizantes y se contempla ampliar el alcance de la armonización a fin de incluir materiales reciclados y orgánicos de diferentes orígenes, contribuyendo así a desarrollar la economía circular dentro de la Unión.
Desarrollamos soluciones de nanotecnología para mejorar la eficiencia en la conversión de residuos en energía renovable, contribuyendo a la descarbonización del sector energético.
20L/Ha en olivar superintensivo. Se aplica junto con el agua de riego diluido. Se realiza una aplicación mensual desde Marzo de 2024 a Octubre del mismo año.
20L/Ha en olivar tradicional con riego. Se aplica junto con el agua de riego diluido. Se realiza una aplicación mensual desde Abril de 2024 a Octubre del mismo año.
Un fertilizante o abono es cualquier tipo de sustancia orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas asimilables por las plantas, para mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento vegetativo de las plantas, etc. Ejemplos naturales o ecológicos de abono se encuentran tanto en el clásico estiércol, mezclado con los desechos de la agricultura como el forraje, o en el guano formado por los excrementos de las aves (por ejemplo, de corral, como el de la gallina).
El hierro es el nutriente más abundante en casi todos los suelos. No obstante, se presentan frecuentes deficiencias de hierro para los cultivos como consecuencia de su baja solubilidad en el suelo y de la alta sensibilidad de plantas a la clorosis férrica. La baja solubilidad del hierro en el suelo es consecuencia del alto pH de los suelos calizos, 8-9, en los que la solubilidad de los óxidos férricos es mínima.
Además, en estos suelos, hay una gran presencia de ion bicarbonato que, por una parte, hace que las plantas sensibles a la clorosis disminuyan su capacidad para absorber el hierro y, por otro lado, taponan el medio de manera que el pH no pueda bajar en la rizosfera, evitando puntos con posible solubilización de hierro. Si no se trata la clorosis férrica, puede provocar la defoliación completa de la planta, drenaje insuficiente, raíces dañadas, raíces compactadas, alcalinidad alta y deficiencias nutricionales de la planta.
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