Muchas startups están desarrollando propuestas innovadoras en diferentes ámbitos, pero en ocasiones, no encuentran el impulso que necesitan para avanzar en el desarrollo de sus tecnologías o productos, lo que unido a la dificultad de encontrar acceso a fuentes de financiación, retrasa su llegada al mercado y puede hacer que propuestas de gran valor se queden por el camino.
Este hecho puede verse aún más claro en startups que trabajan en sectores que requieren de mayor inversión o que tienen más complicado testar su tecnología en un entorno real, como puede ser el energético.
La transición energética es un proceso que nos atañe a todos como sociedad, y donde la innovación es muy relevante para hacer que sea lo más rápida posible, sin dejar a nadie atrás. Por ello, las startups, y sus tecnologías disruptivas, son un actor clave.